Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
1Corintios 1:18
La sociedad ha formulado un discreto modelo de cordura que permite todo tipo de pecado con fina educación. Nuestro mundo es muy cuerdo y responsable. Se solicitan los eficientes servicios de un abogado para destruir los sueños del amor por medio de un divorcio legalizado. Se contrata a un equipo científico de profesionales para asesinar niños antes de nacer con la ayuda y protección del estado. Se construyen legalmente millonarias instalaciones para destilar ron y luego se gastan todavía millones para costear las consecuencias del alcoholismo en las carreteras y en las casas. Este es el mundo cuerdo y educado que llama enfermos a los borrachos, patriotas a los terroristas, víctimas sociales a los delincuentes y asesinos, y con finas palabras a los homosexuales los condecoran con el atributo de honrar “sus preferencias sexuales”.
Se buscan locos. Personas anormales. Que estén encima de nuestro educado mundo y que se decidan por dos buenas locuras que hagan sobrenatural todo lo normal de nuestra sociedad.
1- La locura por la Cruz. Esta es la anormalidad de Dios. Salvar a los hombres que se creen cuerdos por el sacrificio del Calvario. Realmente esta es una locura. La bendita locura del amor de Dios. Se buscan locos que prediquen a Cristo y a Cristo Crucificado.
2- La locura de la Predicación. Esta es la anormalidad de la Iglesia. Con la simple palabra de la fe en el Señor Jesús cambiar vidas, abrir las puertas de la eternidad y embellecer corazones. ¡Esta es una locura, pero funciona!
Se buscan locos. Los cuerdos del mundo están enloqueciendo a la humanidad. Locos por Dios y por la Predicación.
Oración: Gloria a Ti, Señor, que nos has salvado. Ahora, haznos instrumentos Tuyos para que llevemos a otros a Tu conocimiento. Amén.
Tomado del libro “De un corazón pastoral” del Dr. Carmelo B. Terranova