POR BRIAN Y MIKA REASER, QUE SIRVEN EN JAPÓN CON CAMA

Cierta mañana de junio, alguien llamó fuertemente a nuestra puerta.  El Sr. S., un hombre sesentón, nos preguntó si éramos cristianos.  Le invitamos para tomar té con nosotros. Después de una conversación breve, nos preguntó si estaríamos de acuerdo en dirigir un estudio  bíblico para él y algunos amigos suyos.

En este país, con menos de un por ciento de cristianos, una petición para enseñar un estudio bíblico no es algo que escuchamos con frecuencia. Nos quedamos sorprendidos, pero no vacilamos casi nada en decirle que sí.

El Sr. S. es una de 15,000 personas de la región de Ishinomaki que todavía están alojados en viviendas provisionales.  Ellos se sienten aislados y atrapados en una situación que no tiene remedio. No tienen el dinero necesario para reconstruir sus casas, y las comunidades donde antes vivían han sido destrozadas por el tsunami.

Desde entonces ocho personas, desde treintañeros hasta mayores de ochenta años, han asistido fielmente a un estudio del Evangelio de Juan.  Todos han mostrado gran interés por la fe cristiana.

Oren para que ellos depositen su confianza en Jesús.