Hay tres situaciones que probablemente se presenta ante una confesión de homosexualidad: En primer lugar, el familiar, que acaba de enterarse de que un querido familiar es un homosexual practicante, se acerca y pregunta: “¿Cómo puedo convivir con esto? ¿Qué debo hacer? En segundo lugar una persona que admite ser un homosexual practicante y pide ayuda. Frecuentemente un homosexual querrá hablar sin revelar el problema o tratar de disimularlo. En tercer lugar un creyente que lucha con sensaciones y tentaciones homosexuales, pero que no participa en el comportamiento homosexual.
Les presento unos pasos a seguir si alguna de estas tres situaciones ocurre:
1- No entre en pánico, sino que pida a Dios la gracia para aceptar la situación, por más difícil que sea.
2- Mantenga abiertas las líneas de amor. Debemos amar como Dios ama a todos: a pesar de aquello con lo que luchamos. Se requiere una actitud de amor y compasión.
3– Evite condenar o humillar. Esto solo genera antagonismos y falta de comunicación. Por otra parte, no aprueba la práctica homosexual ni la racionalice.
4- Asuma una posición firme pero afectuosa, identificada con lo que enseña la Biblia, mientras testificas con amor y firmeza a la persona involucrada.
5- Encomiende al ser querido a Dios con fe. (Proverbios 3:5-6). Dios a veces nos permite vivir una situación de crisis para agudizar nuestra dependencia de Él.
6- Trate de no reprimir las emociones. La persona tal vez necesite contar con un amigo creyente y aprender a contar sus preocupaciones y desilusiones. Un compañero de oración creyente es un gran recurso.
7- Esté preparado para perseverar con esperanza si la situación no cambia inmediatamente.
Usted como creyente en Cristo tiene a su disposición los mejores recursos para ayudar a las personas que tienen problemas sexuales de cualquier índole: Amor y comprensión cristiana, conceptos claros que permiten diferenciar el bien y el mal, las promesas de la Palabra de Dios, el perdón Divino y el Poder del Espíritu Santo; los cuales pueden proporcionar la victoria. HAGAMOS LA DIFERENCIA.
Pastor Luis O. De León