Hay tiempos sin importar cuantos éxitos hayamos gozado, donde todos enfrentamos a nuevos retos, luchas y en ocasiones las cosas no han salido como queríamos. Entonces nos desanimamos, nos afligimos y hasta nos enojamos con Dios y cuestionamos su cuidado y protección sobre nuestra vida, apagando paulatinamente nuestra fe. Inclusive, cuando nos sucede algo malo o llegan situaciones catastróficas, llegamos a pensar que quizás hemos hecho algo equivocado, que hemos cometido algún pecado o que Dios debe estar castigándonos. Aunque puede ser que algo de lo anterior esté ocurriendo con razón (tú mismo lo sabrás), no necesariamente es así. Job es nuestro mejor ejemplo.
Tenemos que entender que en medio de los retos, dificultades, grandes problemas, sean o no ocasionados por nosotros, Dios tiene un plan, un propósito que apunta a un crecimiento y madurez de nuestra vida cristiana. Dios quiere desarrollar nuestro carácter.
Las presiones nos exponen a cosas que tenemos que tratar; como actitudes incorrectas, motivaciones equivocadas, áreas donde hemos entrado en la mediocridad. Quizás has descuidado tu vida de oración, la lectura de la Palabra de Dios, etc. Posiblemente tu fuego de prueba tiene que ver con tu fidelidad al Señor y con vivir los principios de la vida cristiana. Mantente fiel, porque eres Bienaventurado, Dichoso y hay un Galardón para ti.
Sí estás pasando por el fuego de prueba recuerda: Dios te ama, estás en un proceso de crecimiento espiritual, te está fortaleciendo, te está moldeando para que seas semejante a Jesucristo Y TE DARÁ LA SALIDA. ANÍMATE CUANDO ESTÉS EN UN FUEGO DE PRUEBA, DIOS ESTÁ FORMANDO EN TI UN VENCEDOR, UN CAMPEÓN DE LA FE. ¡AMÉN!
Pastor Luis O. De León