Con Dios no podemos discutir ni tampoco argumentar. Nunca entenderíamos sus razones o explicaciones. Y si por casualidad, Dios nos daría alguna explicación, la cuestionaríamos y tampoco estaríamos conformes. El hace algo mejor. Algo que solo Dios puede hacer; simplemente nos bendice, o nos colma de promesas.

Nunca le dio explicaciones a Abraham, pero lo llenó de promesas asombrosas y conmovedoras. Nunca explicó a David porqué su vida sería como fue, pero lo inundó de bendiciones. Hebreos 11 es una sorprendente galería de hombres y mujeres que vivieron vidas inexplicables e irrazonables, pero fueron hombres llenos de fe y de milagros dados por Dios.

Repetidas veces voy al Señor y le pregunto: ¿Por qué…? Y nunca me ha contestado, simplemente me ha bendecido, guiado, acompañado y finalmente la respuesta vino por el camino inesperado y de la manera nunca imaginada.

Puede ser que Dios no explique tu dolor pero te bendecirá en el dolor. Tal vez no te dé la razón de tus tribulaciones, pero te rodeará de promesas de amor y misericordia.

No te preocupes si Dios no contesta a tu manera. Él te responderá  a Su manera. No dará explicaciones, te dará bendiciones.

 

Tomado del libro Un Corazón Pastoral por el Dr. Carmelo B. Terranova

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