El presidente John Stumbo desafía a los seguidores de Cristo en las iglesias de la Alianza a vivir más allá de sí mismos, y nos habla de una de las prioridades que Dios ha puesto en su corazón para la familia Aliancista y es que seamos una iglesia más amorosa.
El corazón del apóstol Juan casi se revienta al escribir las palabras, “Qué gran amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios”. ¡Amados por Dios!, amados por el Creador, amados por el Rey, amados por el amor mismo, vivir una vida de amor.
¿Cómo se manifestaría esto?, ¿Cuáles son algunas expresiones de amor de la familia Aliancista?
- El amor podría expresarse como una iglesia, apoyando a un vecino en crisis.
- El amor podría ser el cuidar a un niño que de otra manera sería menospreciado por toda la vida.
- Amor para toda una comunidad que está afligida, que está luchando, donde los titulares impersonales se convierten en carne y sangre.
La familia de la Alianza está en esos lugares, ofreciendo el corazón de Jesús mismo a los quebrantados, a los necesitados, los que luchan en éste mundo. La Alianza tiene el privilegio de ser las manos y los pies, las lágrimas y el abrazo, la palabra y el regalo; agua, comida, dinero, cobijas, colchones y calentadores. Más de 2,000 iglesias en los Estados Unidos entre 70 de los pueblos menos alcanzados del mundo.
Qué privilegio es ser llamado a compartir el amor de Jesús con un mundo adolorido y perdido. Que ésta búsqueda de amor al cual hemos sido llamado en la familia de la Alianza sea al final la búsqueda de Jesús mismo.
¡Bendecida es la persona cuyo corazón se ha hecho grande a través del amor de Dios!
Carmen Peterson
Directora de Misiones