Un hombre y una mujer es tan grande como sus metas y tan prominentes como sus ideales.

Estos hombres, estas mujeres, son los que hacen la historia. No importa cuán grande sean sus hechos o cuan pequeñas sus acciones. Jesús mide un vaso de agua en su Nombre en la misma dimensión que hacer milagros en su Nombre.

Y ante los ojos de la eternidad nadie es anónimo mientras tenga una mente creadora y un corazón lleno de sueños y propósitos.

Así deberá ser la actitud de los que leen estas líneas.

Desear, soñar, programar, y actuar con una mente llena de visión creadora hace de la vida una experiencia enriquecedora. Y esto afecta todos los estratos de nuestra relación humana: el hogar, la familia, el arte, la amistad y la Iglesia.

Pero mientras que todo lo mencionado pertenece al tiempo y a la historia, la Iglesia, sólo  la Iglesia, pertenece a Dios y a la Eternidad. Y tan grande como sea el sueño para mi iglesia y la visión de su grandeza, así será de grande la dimensión y las bendiciones de Dios para mi vida.

Tomado del libro “Un corazón Pastoral” del Dr. Carmelo B. Terranova

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