En Asia, un monje budista fue invitado a participar en una convención de misioneros que entrenan líderes cristianos en la localidad donde se encontraban, y en su intento de probar que el único Dios que existe es “Buda” se llevó una gran sorpresa. El primer monje que asistió al evento quedó impresionado con lo que allí pudo ver, y al siguiente día llevó a dos compañeros con él para las clases que un pastor estaba ministrando; “Ellos se quedaron por varios días, pero mientras oían las clases sobre lo que significa ser cristiano y sobre Jesús y le dijeron al pastor: Bueno alguien aquí tiene que estar equivocado. O buda es Dios o Jesús es Dios”, contó uno de los misioneros de Global Disciples. “Ellos preguntaron al pastor si estaba dispuesto a probar y ver quien realmente era Dios. Ellos irían a un bosque a orar y ayunar. Si Jesús pudiera traer comida para ellos y lograr hacer llover, entonces esos tres monjes budistas concordaron que solo aceptarían a Jesús como Señor”, cuenta. Y cumplieron lo que dijeron, pues se fueron a un bosque para ayunar y orar en compañía del pastor, en esas noches hubo un hombre que estaba perdido y se encontró con ellos, mientras conversaban el hombre abrió una bolsa que traía y compartió su comida con ellos, allí el pastor les dijo que tenían una de las primeras manifestaciones de Dios con ellos. Pero todavía quedaba que lloviera en medio de la peor sequía que había en su región, los monjes que no estaban convencidos por el milagro de la comida dejaron el bosque; el pastor luchaba tanto con Dios para que se manifestara e hiciera llover que sudaba del esfuerzo y preguntaba, “Dios ¿Harás llover?”.
Orando en el bosque, en el cual podía ver al cielo y no se divisaba ninguna nube, estuvo allí por unas horas hasta que regresó al lugar donde se alojaba y sin darse cuenta, las nubes empezaron a formarse hasta que llovió de tal manera que el culto que él había preparado tuvo que ser cancelado. A la mañana siguiente, ellos fueron bautizados por el pastor dejando las vestiduras budistas en el bosque como acto simbólico de que dejarían esa vida para empezar una nueva, ahora evangelizan y trabajan para Dios haciendo jornadas de predicación a los adictos a las drogas.
Carmen Peterson
Directora de Misiones