Una doctora de Argentina usa un método especial para que sus pacientes puedan llegar a Cristo. Carolina Patalano, de 32 años, trabaja en el Hospital Fiorito de Avellaneda, en Buenos Aires, y ha decidido poner en práctica la oración que le ha funcionado durante mucho tiempo para ayudar a otras personas. Fue orando a Dios que pudo inscribirse en la escuela de medicina y así poder ayudar a otros a sanar. “Estaba en la escuela secundaria y un día con mi madre oramos para que la ayuda de Dios me dijera qué curso debería tomar”, expresó.
Patalano es especialista en Neurología y trabaja como cirujano, ella decidió poner en práctica que cada paciente pudiera hablar con Dios antes de la intervención. “Siempre le pregunto a la persona si quiere que ore por él o ella. No he encontrado a nadie que rechace la oración todavía. La gente siempre está agradecida y sorprendida de ver a un médico orar por ellos”, dijo.
En una ocasión le tocó estar en presencia de un paciente ateo, el cual le afirmó su no creencia, convirtiéndose en la oportunidad perfecta para compartir el amor de Jesús aún más fuerte que con otros. “Soy ateo, pero si quieres, di la oración”, le indicó el hombre a Carolina. “Yo oré y nos despedimos. La semana siguiente, pasó a verme al hospital para contarme que le habían sucedido muchas cosas y que desde ahí había decidido creer en Dios”, explicó con emoción.
“Evidentemente, le ocurrieron cosas que le mostraron que Dios existía”, agregó. La cirujano marca la diferencia en la oración, pues ella dice que más que orar por una persona por motivos religiosos, ella sabe que Dios puede intervenir a favor de cualquier persona desencadenando beneficios para quienes confían en la fe.
“En estas encuestas se descubrió que la oración mejora la calidad de vida, disminuye el estrés, la ansiedad y la desesperanza. Son beneficiosos para la salud mental que impactan en la salud física. Es bueno que al paciente se le preste esa atención”, concluyó.
Carmen Peterson, Directora de Misiones