“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”
El gran filósofo y poeta Ralph Emerson dijo: “El hombre es lo que piensa todo el día”. La Biblia lo expresó hace muchos siglos en Proverbios 23:7: “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es el.” Otra traducción dice: “Tal como un hombre piensa en su corazón, así se vuelve.” Nuestros actos son el resultado directo de nuestras ideas. Si tenemos una mente negativa, tendremos una vida negativa. Si renovamos nuestra mente de acuerdo con la Palabra de Dios, como nos exhorta Romanos 12:2- “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” La guerra más intensa y extensa, se libra en el terreno de nuestra mente. Hay tres verdades importantes que tenemos que conocer para cambiar nuestros hábitos de pensamientos equivocados:
- Los pensamientos determinan tus acciones y tu futuro.
Hay personas que viven atadas al pasado, a esquemas de pensamientos que le impiden alcanzar la plenitud de la vida espiritual y por ende la felicidad. No podemos tener una vida positiva con una mente negativa. Para esto es importante que nuestros pensamientos concuerden con la Palabra poderosa del Señor. Vigilemos todo el tiempo lo que pensamos.
- Los pensamientos afectan nuestras emociones.
Nos sentiremos exactamente cómo estamos pensando. Nunca estará alegre, si primero no tiene pensamientos alegres. Cuando el desaliento o la condenación traten de vencerte, examina cómo estás alimentando tu mente.
- Nosotros podemos escoger nuestros pensamientos.
El gran teólogo que impulsó la Reforma Religiosa en Alemania decía: “No podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas, pero si podemos evitar que hagan nido.” Usted decide cuales cosas son las que fomentará su mente. Sus circunstancias no son lo que lo tiene desanimado, sino sus pensamientos acerca de sus circunstancias. Cuando usted alinea sus pensamientos con los pensamientos de Dios y comienza a meditar en sus promesas; cuando constantemente piensa en la obra perfecta y poderosa de la cruz y su resurrección, NADA lo derrotará. Comienza hoy a cambiar tus hábitos de pensamientos. Tu actitud determina tu altitud.
Pastor Luis O. De León