Organizando los archivos de mi casa encontré esta reflexión escrita por el Dr. Carmelo Terranova hace más de treinta años. Después de tantos años, las mismas situaciones en diferentes escenarios se repiten.

 Damián había conocido a Zulema. Se enamoraron a toda velocidad. Ambos querían vivir la aventura de la independencia y la supuesta libertad. En contra del acongojado consejo del padre, Damián y Zulema se casaron. Por muy poco tiempo fueron felices. Tienen tres niños y la vida de ellos es un pavoroso infierno. Zulema está esperando librarse de Damián y Damián está esperando lo mismo. Hay tres víctimas inocentes que nunca se restaurarán. ¿Por qué? No esperaron actuar en el tiempo de Dios.

Salomón fue un gran rey, tal vez el más rico y sabio de todos los tiempos. De joven vivía en el tiempo de Dios. Fue admirado, bendecido y prosperado, pero un día cambio el tiempo de Dios por el tiempo de los hombres…y de las mujeres. Perdió el tiempo, el reino y la aprobación de Dios.

¿Qué es el tiempo de Dios? En el idioma griego hay dos felices palabras para tiempo. La primera es “Kronos”. Es el tiempo que se mide, el tiempo del reloj, cronógrafo. Es el tiempo de calendario, cronología. La otra palabra es “Kairos”. Es una palabra muy importante, es el tiempo oportuno, el tiempo verdadero, el momento de la decisión. Este es el tiempo de Dios. No se mide con el reloj o el calendario. Se mide con las medidas del tiempo de la hora de Dios.

¿Cómo conocer el tiempo de Dios? Utiliza cuatro marcas que nunca van a fallar: (1) Consulta la Palabra de Dios. Ella es eterna. Está en el tiempo para todo el tiempo. (2) Consulta a Dios a través de la oración y el Espíritu Santo. Así podrás conocer la hora de la aprobación o la hora de la espera. (3) Consulta a tu conciencia. Dios te ha puesto un reloj moral que si lo escuchas hablará con claridad. Ahora, sigue el orden que estamos estableciendo. No comiences con la conciencia, ella está dañada y fuera del tiempo. Esto suena contradictorio. Te explico. Comienza con la oración y la Palabra para que la conciencia se ajuste a estas. (4) Consulta a hombres y mujeres de Dios. Ellos han vivido y están en el tiempo de Dios. Su experiencia es para tu bien.

Descubrirás con admirable sorpresa, que éstas cuatro marcas habrán de coincidir entre sí, para indicarte el tiempo de Dios en todo lo que quieras hacer y para toda decisión que anhelas tomar.

Espero que estas palabras te conduzcan a tomar las mejores decisiones, no en base a tus sentimientos, impresiones u opiniones, sino en el tiempo de Dios. No te apresures. Espera, espera en el tiempo de Dios.

Pastor Luis O. De León y Carmelo Terranova

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