Tras una demanda de parte de un grupo ateo para evitar la construcción de un monumento de la Biblia; el juez a cargo ha fallado en contra de la petición. En Brasilia, el gobierno ha planeado durante varios años la construcción de este monumento que homenajea a la Biblia por ser el libro más leído, compartido y distribuido en el mundo, incluso en todo Brasil.
Ante este accionar, activistas de la Asociación Brasileña de Ateos y Agnósticos (ATEA), solicitaron la interrupción del mismo; lo cual fue denegado por el juez de Hacienda Pública de Brasilia alegando que no es “un monumento religioso sino cultural”. Uno de los motivos que afirmaba el grupo es que el dinero utilizado para dicha construcción “se podía usar para otras necesidades de carácter común que para ciertas creencias”.
“El GDF podría construir miles de viviendas populares, puestos de salud, hospitales, guarderías, etc., atendiendo a toda la población, no solo a los ‘fieles’ de ciertas creencias religiosas, aunque sean mayoría en el espectro brasileño”, expresaron.
«No es función del Estado construir monumentos religiosos, debido a una prohibición constitucional manifiesta», agregaron.
Tras escuchar los argumentos y evaluar el caso, el juez Paulo Afonso Cavichioli Carmona, del 7º Juzgado de Hacienda Pública de Brasilia, dictó un resultado negativo a la petición explicando que no es religión sino cultura. La construcción de dicha arquitectura cumple con todos los criterios que debe tener una obra de carácter cultural, pues con éste también se quiere buscar un atractivo turístico para el país. Los defensores del monumento explican que la construcción ha recibido mucha discriminación, incluso antes de ser inaugurada; pues en todo el país la Biblia recibe buenos y malos tratos. Sin embargo, dentro del país existe una plaza con 16 estatuas de deidades santeras que son adoradas por miles de personas al aire libre, en donde se invirtió más de $750 mil permaneciendo abierta para todo el público en Brasilia.Pero en cuestiones cristianas, hay mucha más resistencia por parte de distintos grupos que se oponen a las manifestaciones de fe en público del pueblo cristiano en Brasil.
Carmen Peterson, Directora de Misiones