Un hechicero de Mozambique se convirtió a Cristo justo cuando amenazaba con interrumpir una jornada de evangelismo con serpientes en sus manos. Dentro de uno de los viajes evangelísticos de la misionera Heidi Baker, un hombre apareció con serpientes venenosas en sus manos acompañado de la que parece ser su novia, el cual fue presentado como el peor hechicero de la localidad llamada Imperia, una aldea remota en Mozambique. Nachuha y su novia Albertina llegaron para interrumpir los eventos de sanidad y liberación que había en el lugar, el hechicero ya no tenía dedos ni en las manos ni en los pies y su pareja estaba enferma de lepra. Según el suceso relatado por Heidi, l Señor le dijo a ella que el hechicero no les haría daño y que sólo “estaba cansado de vivir en la oscuridad”.“Solo quería despertarlos. Y el Señor me dijo que se sentía muy cansado. Y solo dije: ‘Estás tan cansado, estás cansado de vivir en la oscuridad´”, le dijo ella al hechicero.
Luego de haberle dicho esto, el hombre estuvo de acuerdo con que mataran a las serpientes que había traído en las manos y fue cuando los ayudantes de Baker las colocaron en un gran agujero en la tierra y las quemaron. Para el momento esperado, después de orar por ellos, Baker llevó a Cristo a Nachuhi y Albertina arrodillados en el suelo rodeados del pueblo y sus oraciones; los presentes comentaron de una atmósfera totalmente pacífica y llena de gloria. “Fue tan poderoso. Instantáneamente hubo una atmósfera tan pacífica allí. Dios derramó tanta gloria y paz alrededor de ese hombre”, expresó Baker.
Durante ese momento de rendición ante el Señor, otra misionera que acompañaba a Baker testificó que el veneno de las serpientes que habían mordido al hombre estaba empezando a salir de su sangre y pudieron verlo claramente. “Cuando vi que esto estaba sucediendo, puse mi mano en sus manos y dije: ‘Sé sano en el nombre de Jesús’. Y Dios lo sanó por completo”, dijo. Además de recibir al Señor en su corazón y prometer su vida en servicio a Él, la pareja se casó a orillas de un río cercano después de que se bautizaron; los residentes cuentan que ha sido Dios obrando en la vida del hombre, pues éste por años era uno de los más temidos de su aldea y que ni la policía era capaz de detener sus acciones. “Ahora están libres de los demonios. Están libres del poder maligno que había en esas serpientes y en toda hechicería”, exclamó la misionera Heidi sobre lo sucedido. Tanto Nachuha y su esposa han experimentado la nueva vida que hallaron en Cristo Jesús, pues ella fue sanada de lepra y él abandonó la hechicería y está siendo capacitado dentro de una escuela bíblica de Mozambique. Casos como éste solo evidencian lo grande que es el poder de Dios en esta tierra y como puede cambiar una vida por medio de su amor y perdón; ¡Aleluya al Dios que vive y reina por los siglos de los siglos, Amén!
Carmen Peterson, Directora de Misiones