Uno de los grandes conflictos de la vida cristiana es descubrir que hacer la voluntad de Dios es lo mejor que pueda ocurrir en nuestras vidas; pero también una de las más difíciles aventuras espirituales. El hombre y la mujer fueron hechos para tener una relación perfecta con Dios. No había oración en el Edén. Había conversación. Cada día el hombre recibía enseñanza y vida espiritual de parte de Dios. La voluntad de Dios en un principio coincidía con la del hombre y la mujer…hasta que entró el pecado.

AHORA HAY TRES VOLUNTADES:
La de DIOS – Perfecta y Santa – sabe lo que quiere
La de SATANÁS – malvada y destructora – sabe lo que quiere
La del HOMBRE – insegura y ciega – no sabe lo que quiere

La Biblia dice e insiste vez tras vez que el ser humano verdaderamente feliz es aquel que hace la voluntad de Dios. Romanos 12:1-2 dice que es “agradable y perfecta (adecuada)”. La voluntad de Dios se divide en dos: la voluntad revelada – que tiene que ver con el carácter de Dios; y la voluntad situacional- que tiene que ver con cada situación especial de la vida. Se conoce la voluntad de Dios a través de su propia Palabra. Es muy difícil conocer la voluntad de Dios para las cosas grandes si antes no conocemos las cosas pequeñas. Cuando obedecemos la voluntad conocida de Dios, entonces descubriremos la voluntad desconocida de Dios para nuestra vida y nuestro futuro.

El Reino de Dios y la Voluntad de Dios están estrechamente unidos. El Reino de Dios es una sociedad donde reina la voluntad de Dios. Obedecer la voluntad de Dios es estar dentro del Reino. Desobedecerla es estar fuera; Y fuera del Reino de Dios hay caos y desorden. ¿En cuál Reino estás tú?

Pastor Luis O. De León

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