La historia de hoy tiene relevancia en este tiempo. Vemos a Dios hecho hombre, Jesús, haciendo las cosas que un hombre puede y debe hacer. La pregunta de los discípulos fue impresionante; no preguntaron qué dios, qué profeta, qué rey, sino, qué hombre era El.
Muchas veces me he preguntado si hago bien mis deberes como hombre. Si cuando termine mi estadía en la tierra mi nombre será recordado, por lo que fuí, por lo que hago, por lo que tengo. Si el recuerdo de mi vida será por algo grande que hice, o por el dinero y las obras que doné al mundo. Quizás al leer mis memorias nada de eso ocurrirá. Probablemente mis hijos no puedan heredar tierras, empresas, y la memoria de mi nombre se desvanezca con la próxima generación.
Son preguntas que al igual que yo, muchos hombres nos hacemos. Pero he llegado a una consoladora conclusión – no importa lo que yo haga en este mundo, la demanda es una, ser un Hombre de Dios.
Norberto Arce Reyes