¡Levántate, pueblo mío! ¡Resplandezca tu luz para que la vean todas las naciones! ¡Porque de ti fluye la gloria del Señor! Isaías 60:1
Hay tres grandes enemigos que rigen la sociedad moderna y amenazan la iglesia cristiana:
1- Relativismo – La ausencia de principios y valores permanentes.
2-Conformismo resignado – La ausencia de metas trascendentes.
3- Liberalismo disfrazado – Una moral “atemperada” a los tiempos.
La iglesia moderna no está exenta de estas tres grandes influencias, que en algunos círculos religiosos ha minado los valores y principios espirituales. Como resultado de esta debacle de la iglesia de hoy, muchos cristianos han adoptado una actitud de indiferencia y comodidad, donde hemos cambiado la visión y pasión por alcanzar a los perdidos, en declaraciones egoístas y terrenales de reclamar bendiciones. No está mal que reclamemos lo que Dios nos ha prometido, lo que está mal es que rebajemos la obra del Calvario que costó sangre, en una vida egoísta que vive en la liviandad y la mediocridad.
La calidad de nuestra vida cristiana es la mejor evidencia para combatir la mediocridad de un mundo en crisis. Para recuperar la pasión por las misiones y la evangelización, debemos hacer un acto de introspección y examinar en qué condiciones esta nuestra vida espiritual. ¿Cuál es la gran pasión y prioridad en tu vida, hacerla voluntad de Dios o hacer mi voluntad? La Biblia declara con absoluta certeza: “Donde está tu corazón, allí estará tu tesoro.”
Dios está buscando hombres, mujeres, jóvenes fieles que acepten el desafío de ser la diferencia, el modelo referencial de lo que debe ser la sociedad nuestra. Dios está buscando gente que se levanten y resplandezcan en medio de tanta confusión.
¿SERÁS TU UNO DE ELLOS?
Pastor Luis O. De León