No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí.” Juan 14:1
Tres directrices nos da el Señor en esas breves palabras: “No se turbe”. El ambiente en que vivimos se presta para desarrollar profunda ansiedad en los corazones. De ahí que algunos, haciendo expresión de su ansiedad escuchan doctrinas de error, o crean en llamadas “profecías” de eventos por ocurrir, como por ejemplo temblores de tierra y tsunamis, entre otros.
El Señor nos dice: “No se turbe vuestro corazón”. Y, ¿por qué? Si nuestra fe está centrada en Dios, y por ende, en el Señor Jesucristo, no hay nada que temer. Si nuestra fe está firmemente en el Señor nos podemos enfrentar a todo lo que venga, sabiendo que “si El cuida de las aves, cuidará también de nosotros”. Lo importante de todo esto es que reconozcamos que el Señor es nuestra Roca fuerte y en El siempre estamos seguros.
Como dijo Santa Teresa De Jesús: “Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.”
Meditación para hoy: Por eso es que el Señor nos dice: “No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en Mí”.
Tomado del libro “Meditaciones Diarias para tiempos difíciles” del Dr. Mario E. Rivera Méndez