La comunidad Rivera Hernández, en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, ha vivido durante muchos años atemorizada, en medio de la violencia ocasionada por pandillas, asaltos y extorsiones. Es considerada una zona altamente conflictiva y de mucho peligro.  Ante esta imparable ola de violencia que azota miles de hogares, iglesias evangélicas del sector han decidido tomar acción y juntos interceder por la sanidad de su tierra.

“Pero sin duda no podemos seguir de brazos cruzados ante lo que estamos viendo, ante la necesidad. Creemos que en un sector de tanta violencia, se necesita también amor. Necesitamos llevar amor a nuestro jóvenes”, comenta el pastor Arnold Linares, de la Iglesia Bautista Un Lugar para Todos.  Durante la cruzada, los que asistieron llevaron de forma simbólica una porción de tierra de su propiedad, iglesia o colonia, que fue depositada en unos contenedores, para luego orar por ella. Todos juntos decían a Dios: Sana nuestra tierra.

El evangelista Alberto Mottesi asegura que el “avivamiento bíblico no queda solamente dentro de la iglesia, se expande.  Por eso aquí se está clamando por la economía, por las familias, por la situación con las maras, por la violencia, porque avivamiento no solo cambia a un individuo y llena a una iglesia y produce grandes milagros. Bíblicamente hablando, el avivamiento transforma a una nación”.

Es el inicio de mucho trabajo para la comunidad cristiana de la Rivera Hernández, ya que se han propuesto realizar un evangelismo masivo en el sector, así como más cruzadas evangelísticas y reuniones de oración.  A pesar del peligro y de enfrentarse a muchas personas violentas que podrían hacerles daño han decidido no ceder hasta ver el cambio.

Más de 60 iglesias con sus pastores como representantes se han unido para orar, para que Dios sane su tierra. Un sector antes conocido por la violencia, por la sangre, cambiará totalmente por esta oración de hombres valientes que se atreven a hacer la diferencia.