“Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.” Mateo9:12

Aunque parezca extraño hay personas potencialmente curables que nunca se sanarán, y hay personas aparentemente incurables que de pronto están lozanas, felices y rozagantes.

La persona que reconoce su enfermedad y acude en busca de ayuda, tiene todas las probabilidades de sanarse, pero la que está mal y se obstina en creer, decir y actuar como si estuviera sana, no sólo que no se sanará sino que todo lo que le rodea tendrá las marcas de su enfermedad.

Una de las más agresivas frases del Señor fue dirigida a personas que se creían que estaban  bien y Jesús  les dice: “Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.”  Llegaron a ser incurables porque nunca reconocieron que estaban mal, que sus motivos eran equivocados y que sus amargos resentimientos envenenaban sus vidas, la de los suyos y cuantos le rodeaban.

Dios tiene una infinita misericordia con todos aquellos que tienen miedo de estar mal y que hay tanto temor por equivocarse. A estas personas el Señor les sanará, les bendecirá y les ayudará. Son curables, son sanables. Hay mucha esperanza.

Pero temo – y la amarga experiencia de la vida lo confirma – que muchos que creen estar bien nunca serán sanados, nunca bendecirán, nunca habrá esperanza.

Anhelo que tú seas una persona curable, simplemente porque temes al Señor.

Tomado de: “Un corazón pastoral” del Dr. Carmelo B. Terranova

 

Categories: Reflexiones