“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 2

¿Quién de nosotros no desearíamos comenzar de nuevo? Todo ser humano tiene el anhelo interior de comenzar de nuevo… y bien.

Cada fin de año es ideal para EXAMINAR, ANALIZAR Y ESTRUCTURAR lo bueno y lo malo, buscando alternativas de mejorar y no repetir los mismos errores. Para esto tenemos que tener muy claro en nuestra experiencia personal que hay dos puntos  de vista del triunfo: El punto de vista humano que es exterior, superficial, que depende de logros académicos, profesionales, etc., que traen satisfacción temporera, pero eventualmente dejan un vacío interior y les sumerge en un oscuro abismo de ausencia de propósito. El segundo es El punto de vista de Dios que es totalmente opuesto al humano. Comienza arriba mirando y buscando a Dios, luego una mirada adentro, al corazón para ver en qué estado se encuentra frente a la mirada escudriñadora del Señor y luego una mirada afuera, a los demás, para poder ayudarles y bendecirles.

Dependiendo de cual punto de vista utilices como modelo referencial para estructurar las metas del año, ellas te guiarán a un triunfo temporero o permanente con resultados que afectarán la misma eternidad. Por el otro lado hay que ser optimistas sin dejar de ser realistas y hay que ser realistas sin que la chispa el optimismo mengüe. Encontrar el balance entre estas dos parece siempre difícil.

Comienza bien este año haciendo resoluciones desde El punto de vista de Dios y las demás cosas, Dios se encargará de ellas.  EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO, DECLÁRATE UN GANADOR, ÉL YA TE DIO EL TRIUNFO EN LA CRUZ.

Pastor Luis O. de León

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