Por Wilfredo Tucto, pastor de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera en Oneanta, Alabama

Joseph se estaba consumiendo por el licor.  Su matrimonio estaba en problemas, pero su esposa perseveraba en la oración.  Ella invitaba a los miembros de la iglesia para que dieran reuniones de oración en su hogar y luego de escuchar la Palabra de Dios repetidamente, Joseph comprendió que necesitaba a Jesús.  Él dijo que desde que tomó la decisión, Dios ha bendecido su vida, su matrimonio fue restaurado y sus hijos también decidieron seguir a Jesús.  Dios está transformando vidas, como la de Joseph, en nuestra iglesia.  Las actividades evangelísticas están alcanzando a la comunidad hispana de Oneanta, que son el 13% de la población de 6,500 habitantes  del pueblo.  Grupos de niños y jóvenes, ministerio de matrimonios y deportes están atrayendo a las familias.  Los nuevos convertidos comparten con entusiasmo sus experiencias con Jesús a otros y a su  vez ellos son atraídos por el mensaje de esperanza y vienen a escuchar las Buenas Nuevas.

Cuatro años atrás, no estábamos seguros que Dios nos estaba dirigiendo a plantar una iglesia en este lugar.  Después de seis  meses con solamente una familia respondiendo a nuestro llamado, pensamos que era mejor ministrar en el centro de Birmington a 30 millas de aquí. Pero cuando otra familia se unió a nuestro pequeño grupo, confiamos en el llamado de Dios a Oneanta y continuamos el trabajo. Más familias se unieron a nosotros y en octubre del 2009, tuvimos el primer culto oficial en la iglesia con 40 personas.  Sabemos que la llave es la oración.  Algunos miembros de la iglesia están abriendo sus hogares para reuniones de oración como lo hizo la esposa de Joseph.  Durante los últimos dos años, 30 personas han declarado su fe en Jesús públicamente a través del bautismo en las aguas.  Más de 80 personas asisten regularmente a la iglesia.  La meta de nuestra iglesia es crecimiento espiritual y estabilidad.  Nuestra prioridad es el discipulado.  Enseñamos a los nuevos creyentes acerca de quién es Dios y Su propósito para sus vidas. A través de la oración, el poder sanador del Señor está presente y vemos cómo Dios libera a las personas de diversas enfermedades.  Estamos agradecidos por el poder transformador de Dios en las vidas de los miembros de la Alianza de Oneanta en Alabama.

Oremos por los miembros de la familia aliancista en todo el mundo que diariamente ministran a personas que viven en oscuridad espiritual.