…fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10b
Dios también se llama: Jehová de los ejércitos. Y la Biblia presenta la vida cristiana como una guerra. Una guerra entre el bien y el mal, entre Satanás y el Señor. Para esta batalla hacen falta armas; dependiendo de las armas así serán los resultados. Pablo dice que él está viviendo en un mundo carnal, natural, secular, pero que no utiliza los recursos de la sociedad y agrega: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios…”
Cada vez que la Iglesia o el creyente utilizan las armas, los argumentos y la sabiduría de la carne termina en derrota o en vergüenza espiritual, pero cada vez que utiliza las armas de Dios, la armadura del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra terminan en victoria y en bendición.
Las armas de la carne son convincentes, razonables y lógicas. Pero las maneja la carne y el resultado siempre es carnal. Las armas espirituales parecen infantiles y menospreciables, pero las usa el Espíritu Santo y el resultado es espiritual.
Saúl uso una espada, David una honda. La honda la manejó Dios. Faraón un ejército, Moisés una vara, la vara la usó Dios. Jericó tenía enormes fortalezas, Josué tenía trompetas. Dios tocó las trompetas. Cayó Goliat, murió Faraón, cayeron los muros de Jericó.
¿Cuáles armas usas tú…?
Tomado del libro: Un corazón Pastoral por el Dr. Carmelo B. Terranova