En el libro de los Hechos se registra el mandato que el Señor Jesucristo les dio a sus discípulos y por lo tanto a todos los cristianos de todos los tiempos: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre nosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8. Hay tres cosas que se exponen en este pasaje:
1- Se necesita el Poder del Espíritu Santo para esta tarea evangelizadora.
2- Es una tarea continua y simultánea en diferentes lugares.
3- La palabra Testigos (gr. Mártus) implica predicar a Cristo al costo de tu propia vida.
Hay muchos lugares del mundo que el costo de ser testigos de Cristo implica el riesgo de la muerte.
Tim Ziemer, el hijo de Robert Ziemer (uno de los misioneros que murió como mártir en Vietnam), narra como Dios llamó a su padre para ser misionero en un lugar distante y desconocido para él y su esposa. En el año 1947 salieron hacia Vietnam. Al llegar al lugar, descubrieron que se necesitaba evangelizar pero también discipular a los nuevos creyentes para ser los futuros pastores de las iglesias. Establecieron un Instituto Bíblico y además trabajaron con la traducción de la Biblia en 3 o 4 dialectos (Raday) locales. Realizaron obra médica en el hospital de la misión, específicamente con los enfermos de Lepra. En 20 años se realizó una obra monumental en Vietnam a pesar de las amenazas de los comunistas.
En el 1968 durante la guerra de Vietnam, Robert Ziemer, Ed Y Ruth Thompson fueron asesinados. Milagrosamente la esposa de Ziemer, que estaba junto con ellos sobrevivió al ataque de metralletas y granadas.
Han pasado 46 años de estos acontecimientos. Ahora en Vietnam hay más de un millón de aliancistas que han encontrado vida en Cristo Jesús por tres misioneros que fueron testigos hasta la muerte. Morir haciendo la obra de Cristo no es en vano, siempre genera Vida.
Oremos por nuestros misioneros que están trabajando en lugares peligrosos, para que Dios los guarde y puedan seguir testificando de Jesucristo como el único Salvador y Señor.