Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión de tal es vana.  La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.     Santiago 1:26-27

La palabra “vana” es muy interesante.  Significa varias cosas y ninguna de ellas es agradable. Quiere decir “vacío”, que no hay nada de contenido, que tal vez algo había y se vació. También significa “pompa de jabón”, o “burbuja”. Todo brillo por fuera, pero pavorosamente frágil; estalla en cualquier momento. También significa “inútil”.  Decimos: “es inútil, es en vano.” Y también significa: “hueco”. Solo los bordes de un agujero donde no hay absolutamente nada.

Esta increíble palabra Pablo la usa en conexión con la cruz de Cristo. Les dice a los corintios que él fue “a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo”. Aquellos corintios padecían del síndrome de intelectualismo religioso. Tenían sus predicadores favoritos y sus doctrinas preferidas.  Pero en la intimidad espiritual no conocían a Cristo ni nada sabían de la obra del Espíritu en sus corazones.

A mí me asusta pensar que tanta gente que asiste a la Iglesia – la nuestra u otra – poco o nada sepan de la realidad de la Cruz en sus vidas.  La cruz no es real en sus vidas; la salvación no es una gozosa experiencia; la vida victoriosa no es una meta. Y el amor por las almas no es una pasión que les consume. Me asusta la frialdad de los llamados “lideres” de la Iglesia . Me asusta la frivolidad y la tibieza de los creyentes “de años”. Y tengo el temor de que han hecho vana la cruz de Cristo. Y cuando esto ocurre, sus vidas son vacías, huecas, burbujas de jabón e inútiles.

Oración: Señor, renuévame con Tu Presencia y guárdame del mal. Amén.

 

Tomado del libro: Un corazón Pastoral del Dr. Carmelo B. Terranova.

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