Este es el testimonio de una refugiada de Siria que recibió ayuda de parte del ministerio de una iglesia árabe de la Alianza.

La primera vez que esta pareja intentó escapar de Siria, por las continuas guerras y conflictos en el país, el esposo de esta mujer fue primero para buscar alojamiento y luego de unas semanas, ella salió con sus hijos. Durante la salida justo en la frontera, comenzaron a disparar. Ellos se tiraron al suelo mientras se escuchaban los gritos de terror. Ella comienza a revisar si todos estaban bien hasta que se percata que su hijo Akil, de 14 años, había recibido un balazo en la cabeza.

Luego de ser arrestados, llevaron a su hijo a un hospital cercano y varios días después, milagrosamente sobrevivió. Todos lloraron de alegría pero al mismo tiempo le notificaron en el hospital que no habían podido extraerle la bala de su cabeza. Así que decidieron escapar nuevamente para ir a un hospital con mejores facilidades médicas para que atendieran a su hijo. En esta ocasión, sí lo lograron. Una semana después extirparon la bala de la cabeza de su hijo Akil.

Al llegar a su destino, no tenían absolutamente nada. Un vecino le habló de la Iglesia Alianza y le dio el número de teléfono del Pastor.  Lo llamaron  inmediatamente y el pastor comenzó a ayudarles esa misma noche con todo lo que necesitaban. El Pastor y los miembros de la Iglesia han seguido visitándoles y atendiendo sus necesidades. Además pasan mucho tiempo enseñándoles la Palabra de Dios.

Dios puede usar situaciones extremas como estas para que el pueblo musulmán reciba el testimonio de Jesucristo para salvación.

Oremos por lo que Dios está haciendo en los países musulmanes a través de sus obreros para que sean luz en medio de las tinieblas.