Sangha, un muchacho camboyano de 12 años, comparte un vistazo de su vida cotidiana en Poipet a unos kilómetros de la frontera con Tailandia. Vive con su mamá y 4 hermanos. Cuando su mamá era más joven, un grupo de soldados que se llamaban los jemeres rojos, comenzaron una guerra y mataron a muchos camboyanos. Todavía quedan muchas minas terrestres de aquellos días que pueden explotar si las pisan. La mayoría de la gente en Camboya practica el budismo. Oran a sus parientes fallecidos y creen que sus espíritus viven en casitas muy pequeñas.
Un grupo de misioneros de la Alianza en Estados Unidos le construyeron una casa en un viaje misionero. No tienen agua potable en su casa, pero sacan agua de un pozo para suplir las necesidades básicas en el hogar.
Su papá ha estado encarcelado por mucho tiempo y este joven se ha hecho responsable de su familia. Mayormente se alimentan del pescado. Cuando los pastores van a visitarlos les ayudan con estudios de la Biblia. Oran juntos y cantan himnos de alabanzas a Jesús.
Oremos para que esta familia sea ejemplo de Jesús a sus vecinos.