El lema de este año de nuestra conferencia misionera celebra la alegría superabundante que compartimos al tener acceso al evangelio de Jesucristo. De la abundancia de nuestro gozo resulta nuestra pasión para llevar el mensaje de gracia, esperanza, misericordia y amor a regiones de nuestro país y áreas de nuestro mundo que tienen poco o ningún acceso al evangelio.
Puntos clave para comprender y compartir este mensaje:
- Hay una gran división entre los que tienen acceso al evangelio y los que no lo tienen.
- Es un milagro que yo (mi grupo de amigos o mi familia) tuve la oportunidad de conocer a Jesús. Sólo es porque alguien me evangelizó que tengo acceso a la seguridad de la esperanza de esta vida y de la próxima. El amor y la gratitud me impulsan a cruzar la división para llevar esta seguridad a otros.
- Esta división puede ser un océano o una cordillera. Puede ser cultural, política o idiomática. O, en algunos casos, puede ser los rieles del ferrocarril que atraviesan mi pueblo.
- Algunas partes del mundo tienen muy poco acceso al evangelio. Dios está movilizando a la familia aliancista para enfocar nuestra atención compasiva en la gente que vive en esos lugares.
- Al principio, puede ser que extranjeros nos ayuden a crear este acceso. Pero con el tiempo, los que llegan a conocer a Jesús en estos lugares serán los que proveerán una presencia continua para el evangelio para su propio pueblo. Esta es la manera en que Jesús edifica su iglesia en el mundo.
- Hasta que estas iglesias nacionales sean establecidas, la familia aliancista se quedará firme en cruzar esta división para que TODOS tengan acceso a las buenas nuevas.