Los obreros de la Alianza en Portugal están viviendo rayos de esperanza en cuanto a la receptividad al evangelio en ese país, que ha estado obsesionado con la muerte, devastado por la inestabilidad económica, y entenebrecido espiritualmente por creencias ancestrales.

En Portugal menos del uno por ciento de la población son evangélicos. Cuando Portugal estaba en su apogeo de exploración y colonización los esposos, padres y tíos salían al mar, y la gente se quedaba llorando en la playa, porque no había ninguna seguridad de que ellos regresaran. Parece que la muerte compenetra toda esta nación.

La gente en este país está más atraída por las sectas falsas que por la verdad de Cristo. Las iglesias católicas de Portugal son hermosas por fuera, pero producen mucha confusión por dentro. María siempre aparece como el centro de todo, y Jesús está en un ataúd de vidrio. Hay mucho tradicionalismo y  religiosidad. El evangelio hace falta en este país. A esto le sumamos la situación económica difícil que están viviendo donde muchas personas han perdido empleos y hogares. Pero hay una esperanza: Cristo Jesús la Esperanza de Gloria. ¡Amén!

Hoy es el tiempo de la cosecha paraPortugal; se está regando la semilla, algo grande va a suceder.

Oremos por estos obreros de la Alianza en Portugal y la gran cosecha que esperan.