El presidente de la Alianza Cristiana y Misionera de los Estados Unidos, John Stumbo, envía un mensaje a las Alianzas de cómo ve el noticiero al igual que nosotros, pero de forma diferente. Él habla de cómo ha sido este año y cómo los periódicos nos informan de tensiones entre Rusia y Ucrania. Multitudes que huían de Siria. Ceses de fuego violado entre Israel y Palestina. El ébola avanzando en África Occidental. Lo que tal vez no saben es que ¡Nosotros estamos presentes allí!

Años atrás, la mano soberana de Dios plantó la Alianza en las mismas regiones que ahora captan la atención del mundo. Décadas de las oraciones de ustedes, las ofrendas de ustedes y el envío de obreros por ustedes ahora nos han posicionados bajo la dirección de Dios en lugares de grandes tumultos. En maneras ordenadas por Dios, La Alianza está presente con equipos que conocen el idioma y la cultura de la gente. Y por supuesto, conocen algo que la mayoría de la gente local no conoce: El amor de Jesús.

En algunos de estos lugares, es la iglesia nacional la que se queda para continuar la obra, recibiendo al refugiado, llorando con el que está en duelo, dando abrigo a los que han perdido su hogar. Haciendo todo en el nombre transformador de Jesús, y haciéndolo a riesgo de su propia vida. En otros lugares, obreros internacionales continúan como extranjeros en tierras manchadas de sangre, cumpliendo la obra que somos llamados a hacer, llevando el evangelio por palabras y hechos, para que vidas sean cambiadas, almas sean salvadas, y la iglesia de Cristo sea edificada.

Estos enviados se han comprometido a largo plazo, muchas veces rechazando oportunidades para regresar a su tierra, porque no quieren abandonar a los que sufren. Algunos miembros de nuestros equipos están viendo oportunidades sin precedentes para guiar a personas a Jesús, y no la quieren perder. Aunque los titulares cambian, nosotros nos quedamos allí. Juntos estamos dedicados a la tarea más significativa de la historia. La ofrenda de fin de año de la Alianza permitirá que los obreros aliancista en los Estados Unidos y en todo el mundo, expandan sus ministerios y establezcan comunidades de fe a largo plazo en los lugares más desesperanzados en el mundo.