Mamá Honorine nació dentro de una familia cristiana y sintió el llamamiento al ministerio desde la niñez. A los nueve años enseñaba a los niños en la Escuela Dominical y a los diez y seis años, ya predicaba. En el año 1969 se casa con su esposo, trabajan juntos en la iglesia. Él fue el director de un coro muy grande y ella maestra de la Escuela Dominical. En el 1994 su esposo y su hermana murieron en la misma semana. En el 1997 perdió a su única hija. Mamá Honorine se sentía tan agobiada que pensaba que no podría continuar. En su país, la viudas, son personas abandonadas, a veces no tienen donde dormir, ni siquiera un hogar. Aun los padres y familiares de la viuda no quieren ayudarla. Pero ella a través de la Biblia, entendió que Dios ama a las viudas y jamás abandona a sus hijos. Mamá Honorine se ha propuesto en su corazón pasar el resto de su vida haciendo la obra de Dios. Durante varios años se ha dedicado a la educación cristiana y a plantar iglesias en las aldeas cercanas. Oremos por la Iglesia en la República del Congo. Que Dios siga levantando hombres y mujeres valientes y comprometidos como Mamá Honorine para seguir haciendo la obra de Dios.