¡Saludos querida iglesia!

Todos los años, al final del año, mami nos obliga a reflexionar sobre lo que pasó en el año pasado y en lo que esperamos del año o los años que han de venir. Este invierno pasado marcó el primero de muchos que pasaré solo. Ha sido una temporada difícil y desafiante. Es más, desde que terminó el verano he estado pasando por un tiempo muy retante. Pero en medio de todo eso, al final del año me encontré con libreta abierta y bolígrafo en mano, haciendo aquello mismo que mi mami me había obligado a hacer por tanto tiempo. Ahora era algo que surgía de mí y hasta necesitaba.

El verano pasado tomé dos clases que me faltaban, una de química y una de vuelo. Pasé la de química, pero no la reválida de vuelo. Después de muchas lágrimas y tiempo de búsqueda, decidí terminar mis clases de vuelo fuera de LeTourneau. Cambié mi bachillerato para uno en Estudios Multidisciplinarios y así me gradúo, con bachillerato y sin tener que tomar cursos adicionales. Obtuve mi licencia de mecánico de aviones y Dios me bendijo con un buen trabajo en el tiempo que más lo necesitaba. Trabajo con una gran variedad de modelos de aviones (mucha experiencia) y me pagan bien. Tengo ahora un pequeño apartamentito en el patio de atrás de una familia en Longview. También conseguí una camioneta para poder llegar a mi lugar de trabajo y ya estoy pagando mis préstamos estudiantiles.

He sido bendecido grandemente. Dios ha provisto todo. Sin embargo, al comenzar este año nuevo me siento medio sin rumbo. Casi inútil. Sólo estoy trabajando y pagando préstamos. ¿¿Cómo puedo afectar al reino de Dios desde donde estoy?? He visto a todos mis amigos mudarse de Longview a comenzar la próxima etapa de sus vidas en un ambiente nuevo y con trabajos nuevos. Mientras tanto, yo sigo en Longview sin graduarme con lo que quería. Es aquí donde me encuentro ahora. Trato de enfocarme en dónde estoy en estos momentos en mi relación con Dios y mi futura dirección. Siento que en este tiempo es que más fuertemente me he aferrado a Dios. La meta sigue siendo la misma, no he desviado los ojos. Pero la ruta tampoco es tan directa como pensaba. Como dice en Proverbios 16:9, El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. En estos momentos de mi vida estoy tratando de reconocer los obstáculos, como planes cambiados y préstamos estudiantiles, y estoy tratando de encararlos de la mano con mi Señor. Les pido que me sigan acompañando en esta aventura.

Los amo,

Lucas

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