Dennis Maves es el director  del campo misionero de Mongolia trabajando en la capital de ese país, Ulan Bator. Él nos relata que Mongolia fue subyugado por Rusia por 70 años. Ellos procuraron eliminar todo trasfondo religioso. Hoy en día existe una mezcla de hechicería, budismo, ateísmo, un sincretismo que promueve una gran confusión religiosa. Los inviernos en Mongolia son largos, de noviembre hasta abril y las temperaturas nunca suben de 0 grados Fahrenheit. Además del clima tan frio, hay también un clima espiritual muy oscuro. En 1990 se tenía conocimiento de sólo 3 o 4 cristianos en Mongolia. Hoy en día hay muchos más.

En muchas de las iglesias de Mongolia el 90% de los que asisten son mujeres, así que hay que buscar maneras creativas para alcanzar a los hombres. Los hombres en Mongolia son difíciles de evangelizar, ya que la tasa de desempleo es de un 40% y especialmente para los hombres estar sin trabajo es desesperante. Esto ha traído como consecuencia que la mayoría de ellos se han hundido en el alcoholismo, abuso doméstico, padres ausentes o padres que están presentes pero todo el día trabajan. El trabajo es arduo pero confían que Dios le dará la victoria. En Ulan Bator hay mucha juventud universitaria. Se reúnen cada semana para ensenarles las Escrituras, el discipulado básico y formar líderes para las iglesias.

Uno de los grandes problemas sociales en Mongolia es la pobreza extrema y la riqueza extrema. Estos últimos no brindan ayuda a los pobres. Así que la iglesia en su labor evangelizadora ha incluido proyectos sociales para brindar alimentación, servicios médicos y otros servicios. Por supuesto se le brinda la Palabra de Dios y que conozcan a Jesús como su Salvador.

Sin embargo la iglesia en los últimos años ha tenido un crecimiento increíble. Las personas tienen hambre y sed de Dios. Oremos por los misioneros y la obra espiritual y social que realizan en Mongolia.

 

Carmen Peterson

Directora de Misiones