Sublime gracia del Señor. Que a mí, pecador salvó. Fui ciego mas hoy miro yo perdido y Él me halló. Estuve ciego pero ahora veo.

Dudo que haya algún seguidor de Cristo en el mundo de habla Inglesa que no haya cantado esas palabras inmortales con emoción sincera y un profundo sentido de agradecimiento. John Newton quien escribió esas estrofas, había sido capitán de un barco de transporte de esclavo y su vida fue completamente e irrevocablemente cambiada cuando aceptó a Jesús como su salvador. Se convirtió en Pastor, y en la conciencia de una nación y escribió lo que sin dudas es el himno más acogido del mundo. Newton escribió esas palabras muchas décadas antes de la Alianza Cristiana y Misionera existir.

Pero su himno captura el corazón de lo que significa, cuando la Alianza dice Jesucristo es mi Salvador. De ahí comienza el evangelio cuádruple. Lo primero y más importante cosa que podemos decir acerca del Señor Jesucristo es que Él es mi salvador. (Mateo 1:21) dice: “Llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Desde el principio, Dios quería aclarar que la cosa más importante acerca de su Hijo que nació en la tierra fue que sería nuestro Salvador, y que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. (Hechos 4:12).

Oremos para que la gente no alcanzada del mundo entero pueda conocer a Jesucristo cómo su Salvador.

 

Carmen Peterson

Directora de Misiones