Conocemos tres verdades grandes acerca de Dios:
- Dios ama al mundo.
- Dios tiene recursos sin límite para alcanzar al mundo.
- Dios canaliza estos recursos a través de su pueblo.
Un método preferido por Dios para canalizar sus recursos es la “Ofrenda de la Promesa de Fe”, un término moderno que describe la manera en que las iglesias del Nuevo Testamento ayudaron a gente en lugares distantes. Según 2 Corintios 8 y 9, tiene varias características:
1- Fue una ofrenda más allá del apoyo de la iglesia local.
2- En vez de ser una ofrenda de dinero, fue una ofrenda de fe.
3- Se daba en fe, no mirando la limitación económica sino la provisión de Dios. Dios honra el “Compromiso de fe” de un cristiano, haciendo que abunde su gracia (2 Corintios 9:8), permitiendo su participación económica en las misiones.
¿Cuánto debemos dar?
C.S. Lewis bien ha dicho: “No creo que se pueda establecer cuanto debemos dar. Temo que la única regla es de dar más allá de lo que nos sobre. En otras palabras, si lo que gastamos en comodidades, lujos, entretenimiento, etc., está a la par con lo acostumbrado entre los que tienen ingresos similares a los nuestros, probablemente no estamos dando lo suficiente.”
El asunto es permitir que Dios se muestre fiel para premiar su fe. Haga una promesa de fe, y hágala más grande que nunca. La única alternativa ante la Gran Comisión es obedecerla y ofrendando somos parte del cumplimiento de esta encomienda. La senda de la bendición es la senda de fe.
Tomado de Your Church Can Excel in Global Giving (Su Iglesia Puede Destacarse en Ofrendar para el Mundo) por Donald A. Jensen; Wheaton, IL.: Churchmart; 1994
Carmen Peterson
Directora de Misiones