Daniel “el travieso” era el terror del vecindario. En un solo día, rompió la ventana del vecino con una pelota de béisbol, tumbó una rama sobre el auto nuevo de su papá, raspando toda la pintura, derramó el refresco en el sofá nuevo de la mamá e hizo pedazos la lámpara nueva del pasillo. Su madre le gritó…Daniel ¿Por qué no puedes ser bueno?… Mami, respondió Daniel, ¿Si rompo una cosa menos mañana seré más bueno? Su mamá no tenía respuesta.
Exactamente ¿Qué es ser bueno? ¿Es ser progresivamente no tan malo como era antes? ¿Qué tan bueno hay que ser, para no ser malo? ¿Somos buenos solo cuando somos perfectos? A veces ser bueno puede ser relativo. Para Saulo de Tarso perseguir a la iglesia era bueno, era una causa religiosa noble. La Biblia declara en Romanos 3:12: “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Entonces ¿Cómo se manifiesta la bondad si tendemos a la maldad?
La Bondad es un atributo de Dios que es colocada en todo aquel que ha experimentado el nuevo nacimiento en Cristo por medio del Espíritu Santo. Somos “buenos” en el sentido de que nuestros corazones, nuestros motivos, nuestros hechos revelan al mundo la realidad de Dios que está en nuestros corazones y al cual servimos. Mientras que la benignidad es pasiva, la bondad es activa y toma todos los pasos para sacar lo mejor de todos. La Bondad en acción, comienza planificando ayudar a alguien hoy, pasa por alto las fallas y se concentra en las virtudes, aprende alentar a los demás y en la corrección sincera inspira a los demás a lo mejor. Decide hoy ser bondadoso con los demás. Necesitamos más cristianos en este mundo convulso y lleno de maldad con corazones que reflejen la virtud de la Bondad.
Pastor Luis O. De León