En estos días de incertidumbre laboral y de grandes tensiones económicas, el temor crece y se extiende como un nubarrón muy negro que nos roba el gozo, alimenta el pesimismo y agota nuestra esperanza.

Hay dos tipos de temores: Temor preventivo y el Temor compulsivo. El primero nos ayuda en nuestra auto conservación, nos impulsa frente a los desafíos, nos prepara para la crisis. El segundo es más peligroso porque tiene el poder desintegrador de nosotros mismos, limita el desarrollo de nuestra personalidad y en muchas ocasiones nos paraliza.

La Biblia nos dice en 1 Juan 4:18: El perfecto amor echa fuera el temor”. Hay una fuente de entera confianza que no cambia y en el cual podemos depositar nuestras ansiedades y temores. Entonces nos preguntamos ¿Cómo vencer el temor? En primer lugar, asegúrate que Cristo es tu Salvador personal, que Él vive en tu corazón. En segundo lugar, confía en Su perfecto amor; él te cuida, te ama y quiere lo mejor para ti. En tercer lugar, no alimentes la negatividad y el pesimismo; éstos de por si te desgastan emocionalmente, nublan tu fe y te llevan a la depresión o a la agresividad. En cuarto lugar, sé agradecido como una actitud de fe. Ser agradecido cuando hemos recibido algo se llama gratitud. Ser agradecido cuando no hemos recibido lo esperado, eso es FE.

Rinde HOY tu temor a Cristo y experimenta una transformación integral y radical.

Pastor Luis O. De León

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