Después de cuatro temporadas en el Real Madrid, el portero costarricense Keylor Navas carga el título 13 de la Liga de Campeones con el club. Por otro lado, él cree que hay principios mucho más valiosos que su carrera en el fútbol. “El fútbol es una bendición de Dios, pero no tiene que ser la cosa más importante de mi vida. Desde que acepté a Cristo en mi corazón, mi principal objetivo es alcanzar la vida eterna y estar con él “, declaró el atleta. Navas evalúa que “Dios tiene un propósito para cada persona” y que su permanencia en el equipo español forma parte de Sus planes. “Recuerdo el día de mi presentación en el Real Madrid cuando pasé delante de todos los campeones. En ese momento, pedí a Dios que me diera la oportunidad de escribir mi historia en este club. Las cosas no suceden por casualidad”, afirma.  En los bastidores, Navas ha escrito su historia de una manera única. El portero formó un grupo de estudio bíblico llamado “Theos Place”, que comenzó en Costa Rica y hoy está dentro del Real Madrid. Los participantes se reúnen los jueves a las 8:30 pm y hacen estudios bíblicos los lunes, martes y viernes en pequeños grupos formados por 8 a 10 personas. “Su objetivo es que todas las personas puedan tener una relación con Dios, acercarse a Él, leer y entender la Biblia, y orar”, dice Navas. El atleta deja claro que la fe es el punto central de su vida. “Cristo me da sabiduría, una mente tranquila y un corazón fuerte para en momentos difíciles luchar, y en momentos de bendición y felicidad no quedarse loco, mantener los pies en el suelo y ser humilde”. “También me ayuda a pensar cuidadosamente sobre todas las decisiones de mi vida para saber si va a edificar más o menos. Esto me recuerda que hay muchos niños que me siguen y quiero darles un buen ejemplo”. Cuando deje el fútbol, ​​Navas afirma que le gustaría ser recordado como un buen portero y deportista, pero también “como una persona que tenía buenos principios, que creía en Dios y era un ejemplo dentro y fuera del campo”.

Carmen Peterson

Directora de Misiones