El cristiano siempre está en permanente espera, con una expectativa positiva, no depresiva porque lo mejor en el mundo espiritual SIEMPRE ESTA ADELANTE. Y de ese futuro – que siempre está viniendo- traemos bendiciones al presente. En otras palabras, yo puedo pedir a Dios que el futuro que está delante de mí, bendiga mi presente. Por ejemplo, Dios dice que estamos sentados en lugares celestiales y que fuimos resucitados juntamente con El (Efesios 2:5,6). Entonces desde esa posición podemos reclamar nuestra bendición. ¿Qué significa esto? Déjeme explicarle. Las circunstancias, ni los problemas están encima del propósito de Dios para nuestra vida, pero tenemos una posición espiritual que nos capacita para enfrentarlos en el poder del Espíritu Santo y no en la capacidad humana. Puedo pedir, inclusive, que el Señor me libre de repetir errores del pasado para que no se repitan en el presente.

Esto es posible por lo siguiente. Dios es un Eterno Presente, es decir esta fuera del tiempo. El ser humano camina y corre en el tiempo. Tenemos pasado, presente y futuro. El pasado lo conocemos, el presente lo estamos viviendo, el futuro lo desconocemos, pero con las experiencias del pasado y las decisiones del presente, estamos determinando nuestro futuro. Dios ve el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. El conoce lo que vivimos, lo que estamos viviendo y lo que viviremos. Nuestro descanso consiste en que El conoce y tiene el control de nuestra vida y lo mejor para nosotros siempre esta adelante. Decidir que Dios bendiga mi presente, no importa mi pasado y tomando decisiones que le agraden a Él, es permitir que nuestro futuro sea bendecido.

Es por tal razón que cuando decimos: “Señor, venga tu reino”, no estamos hablando de la Segunda Venida de Cristo. Lo que estamos diciendo es que los beneficios del Reino actúen ahora, para que mi futuro desde ya sea bendecido. Usted es ciudadano del Reino de Dios. Aunque viva en la tierra, su visión, perspectiva, propósito y comportamiento responden a los beneficios AHORA del Reino de Dios sobre nuestra vida. El cristiano tiene presente el triunfo final de Dios. ¡No somos de aquí! Es por eso que podemos afirmar y declarar – no importa las circunstancias que estemos viviendo- sin la menor duda, “Señor Venga tu Reino, porque a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien”. Levante su mirada y disfrute los beneficios del Reino AHORA.

 Pastor Luis O. De León

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